martes, 2 de febrero de 2010

Diaro de Vísperas


PRÓLOGO

Domingo a la mañana, parecía un velorio. Todos en la ciudad lloraban y se despedían; sin embargo prometán verse nuevamente en Momma, aún tratándose de que faltban dos meses.

"...El Señor es mi Pastor, nada me faltará..."

Edgar Vik se encontraba postrado en un reclinatorio, presentando su agradecimiento a Nuestra Señora del Rosario. Estaba dispuesto a hacerlo, a verlo todo de cerca y a sentirlo... siete veces eran suficientes, a pesar de las súplicas de su familia. Domingo a la mañana, ya era tarde...ya estaba hecho, Edgar, cegado por la alegría, caminó hacia el campanario de la iglesia y subió. Detrás de él su hermano, Guillermo, trató de detenerlo. Sin poder conseguirlo, llamó al guardia que custodiaba el templo y ambos corrieron y subieron. Quedaron totalmente asombrados con lo que vieron: Edgar estaba parado al borde de la cornisa, de espaldas al vacío.
_ Edgar... EDGAR, qué te pasa???!!!
_ Quiero verlo siete veces, déjenme hacerlo... aléjense. _dijo en tono pacífico.
_¿Estás tarado o qué? EDGAR, Esperá. No...NOOOOOOOO!!!!!

"El Señor es mi Pastor, nada me faltará"

Familiares, amigos y vecinos estaban sentados alrededor de Edgar, ya en el ataúd. Milton Roug, su mejor amigo, se acercó y contempló lo intacto que estaba el cuerpo a pesar del golpe que causó su muerte.
Habían pasado las veinticuatro horas de funeral, ya era tiempo de inhumar sus restos. Los presentes se acercaron y despidieron a Edgar, y luego los sepultureros se encargaron de cerrar el ataúd y ocho familiares se reunieron alrededor para llevarlo. En cuanto lo levantaron notaron que el féretro estaba demasiado liviano.
_Papá..._ dijo Guillermo.
_Si, hijo, ya lo noté... _
Le respondió Rainey, en el acto llamó a los sepultureros y les pidió que abran nuevamente el féretro, pero se negaron a hacerlo en un principio, hasta que la insistencia no fue sólo de Rainey, sino de todos los familiares, entonces procedieron y lo abrieron. Todos gritaron al no ver el cadáver de Edgar dentro. Guillermo, Rainey y el resto de los presentes examinaron el cajón, pero no encontraron nada mas que las prendas y un pelo.

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1 comentario:

  1. Como siempre,excelente tu narración y soberbia la ilustración...
    Seguí que es un deleite...
    Besos.
    PAPÁ

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