-Capítulo 2-
Natalia Prida
Natalia Prida
Leyendo una revista "Para Tí Tejidos" y con una taza de café con leche en la mano, Natalia esperaba a Guillermo.
Estaba algo congestionada debido a que, dos horas antes, salió desabrigada al patio para ver de dónde provenía la carcajada que escuchó reiteradas veces. Se suponía que en esa zona del barrio no vivía nadie mas que ella con sus padres, todos los vecinos habían dejado sus casas a la interperie, ya que no les servirían más.
Aún con desconfianza, Natalia hojeaba la revista para elegir el pullover y tejerlo, hasta que oyó que el ruido del motor de un auto se apagó frente a la puerta de su casa.
' ...debe ser papá...' pensó y se asomó a la ventana del living. La visibilidad era escasa debido a la fuerte tormenta, pero notó la silueta del auto desconocido, sin lograr ver quién conducía. Repentinamente la puerta del lado del acompañante se abrió, alguien bajó apresuradamente y se dirigió hacia la casa de Natalia mientras que el auto se fué. Ella se apartó inmediatamente de la ventana y esperó en silencio durante un escaso rato, hasta que oyó los secos golpes en la puerta y con un ritmo muy particular que la dejó muy tranquila, sólo Guillermo golpeaba la puerta así.
_ Dale, Naty... Está para cagarse de frío...! ¡Chuuuy!
_ Ay... Guille... no había reconocido el auto de Inés... justo ahora quería que vinieras...
_ ¿Por? ¿Qué pasa que estas tan alterada?
_ Umm.. nada... te extrañaba nomás. Pasá...
En cuanto recibió a su novio y lo hizo entrar al living, Natalia corrió hacia la cocina y se asomó por la ventana. Guillermo viendo esa extraña manera de actuar se acerco a ella y la abrazó.
_ Acá estoy yo, mi cielo. Decime qué te pasa...
_ No me vas a creer... la casa que esta alla al fondo está embrujada... sentí una carcajada, y cuando me fijé para ver si Don Bruno había vuelto, me di con que no había nadie.
_ Mmm... entonces te sugiero que no salgas mucho al patio... en fin... Mi mamá les consiguió los pasajes a vos y a tus viejos...
_ Ay gracias... Con respecto a lo anterior... ¿me creíste o te hiciste el pelotudo?
_ Las dos cosas... Naty, sabes que después de lo que pasó, no quiero saber nada respecto a ese tema... Igual voy a estar con vos y te voy a defender de lo que sea.
Natalia recuperó la calma, tomó una taza y sirvió café a Guillermo y se sentaron en el comedor contiguo a la cocina. Comenzaron a hablar acerca de sus planes para luego del viaje, pero la carcajada interrumpió la conversación, solo que, a diferencia de las veces que ha sido escuchada por Natalia, esta vez provenía desde la ventana de la cocina. Guillermo se levanto de la mesa bruscamente, tomó una lanza que decoraba el comedor y fue hacia la cocina mientras ella cubría la espalda a su novio, espiaron por la ventana y no lograron hallar a nadie.
Estaba algo congestionada debido a que, dos horas antes, salió desabrigada al patio para ver de dónde provenía la carcajada que escuchó reiteradas veces. Se suponía que en esa zona del barrio no vivía nadie mas que ella con sus padres, todos los vecinos habían dejado sus casas a la interperie, ya que no les servirían más.
Aún con desconfianza, Natalia hojeaba la revista para elegir el pullover y tejerlo, hasta que oyó que el ruido del motor de un auto se apagó frente a la puerta de su casa.
' ...debe ser papá...' pensó y se asomó a la ventana del living. La visibilidad era escasa debido a la fuerte tormenta, pero notó la silueta del auto desconocido, sin lograr ver quién conducía. Repentinamente la puerta del lado del acompañante se abrió, alguien bajó apresuradamente y se dirigió hacia la casa de Natalia mientras que el auto se fué. Ella se apartó inmediatamente de la ventana y esperó en silencio durante un escaso rato, hasta que oyó los secos golpes en la puerta y con un ritmo muy particular que la dejó muy tranquila, sólo Guillermo golpeaba la puerta así.
_ Dale, Naty... Está para cagarse de frío...! ¡Chuuuy!
_ Ay... Guille... no había reconocido el auto de Inés... justo ahora quería que vinieras...
_ ¿Por? ¿Qué pasa que estas tan alterada?
_ Umm.. nada... te extrañaba nomás. Pasá...
En cuanto recibió a su novio y lo hizo entrar al living, Natalia corrió hacia la cocina y se asomó por la ventana. Guillermo viendo esa extraña manera de actuar se acerco a ella y la abrazó.
_ Acá estoy yo, mi cielo. Decime qué te pasa...
_ No me vas a creer... la casa que esta alla al fondo está embrujada... sentí una carcajada, y cuando me fijé para ver si Don Bruno había vuelto, me di con que no había nadie.
_ Mmm... entonces te sugiero que no salgas mucho al patio... en fin... Mi mamá les consiguió los pasajes a vos y a tus viejos...
_ Ay gracias... Con respecto a lo anterior... ¿me creíste o te hiciste el pelotudo?
_ Las dos cosas... Naty, sabes que después de lo que pasó, no quiero saber nada respecto a ese tema... Igual voy a estar con vos y te voy a defender de lo que sea.
Natalia recuperó la calma, tomó una taza y sirvió café a Guillermo y se sentaron en el comedor contiguo a la cocina. Comenzaron a hablar acerca de sus planes para luego del viaje, pero la carcajada interrumpió la conversación, solo que, a diferencia de las veces que ha sido escuchada por Natalia, esta vez provenía desde la ventana de la cocina. Guillermo se levanto de la mesa bruscamente, tomó una lanza que decoraba el comedor y fue hacia la cocina mientras ella cubría la espalda a su novio, espiaron por la ventana y no lograron hallar a nadie.